Multimedia | Contacto          
Interior 1/4
Fachada 2/4
Retablo 3/4
La iglesia 4/4

Domingo, 18 de mayo de 2014

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (6,1-7):

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas. 
Los Doce convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron: «No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.» 
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando. La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

 
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (2,4-9):

Acercándoos al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo. Dice la Escritura: «Yo coloco en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado.» Para vosotros, los creyentes, es de gran precio, pero para los incrédulos es la «piedra que desecharon los constructores: ésta se ha convertido en piedra angular,» en piedra de tropezar y en roca de estrellarse. Y ellos tropiezan al no creer en la palabra: ése es su destino. Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.

 
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-12):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» 
Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» 
Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» 
Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» 
Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.»

 
Comentarios

Yo soy el camino y la verdad y la vida.

 

         El camino del Tiempo Pascual nos lleva al Quinto Domingo de Pascua que celebramos hoy. Lo hacemos en el mes de Mayo en el que, de un modo especial, tenemos presente a María nuestra madre.

         Un Domingo más, las lecturas están tomadas del Evangelio se San Juan, de los Hechos de los Apóstoles y de la Primera Carta del Apóstol San Pedro. Todas ellas nos invitan a tomar conciencia del acontecimiento de la Resurrección del Señor, de las primeras decisiones que tomaron los cristianos de la primera hora, y del reto que tenemos los cristianos del siglo veintiuno para continuar la misión de la Evangelización iniciada por Jesucristo.

         En el Evangelio junto con la confortante petición de Jesús a los suyos, antes de su pasión: “no perdáis la calma”; una nueva expresión que revela su identidad más profunda: “Yo soy el camino y la verdad y la vida”. En el Evangelio de San Juan, Jesús va revelando progresivamente su identidad mediante imágenes, figuras, que su auditorio podía comprender plenamente. Jesús es el camino, el pueblo de Israel que había caminado durante siglos de historia, siguiendo la voluntad de Dios, puede comprender ahora que Jesucristo es meta y camino para llegar al Padre, porque creer en  Él implica creer, ver y confiar en el Padre Dios. Jesús es además verdad, la verdad desde la que tienen sentido el resto de verdades personales, comunitarias e históricas. Finalmente, Jesús es la vida, en múltiples ocasiones afirma el cuarto Evangelio que la fe ha de llevar a la vida, vida en plenitud, vida eterna; quien se ha encontrado con Jesús, ha hecho experiencia ce Él y con Él, transforma su vida, tiene otra dimensión.

         Si a la petición de Tomás, Jesús responde con esta revelación; a la de Felipe, responde con la manifestación del rostro del Padre. Hasta en más de cien ocasiones aparece este sustantivo referido a Dios en el Evangelio de San Juan. Jesús revela al Padre Dios. Quien le ve a Él ve al Padre. Jesús tiene su origen y su meta, su final, en el Padre. Las obras que realiza, las palabras que pronuncia son las que el Padre le sugiere en todo momento. Encontrarse con Jesucristo es encontrarse con Dios mismo.

         Los Hechos de los Apóstoles relatan hoy un momento decisivo en la vida de la primera comunidad. Las dificultades de la evangelización entre los cristianos procedentes del judaísmo y los procedentes de la diáspora (helenistas o de lengua griega), hacen que los apóstoles tomen la decisión de nombrar a siete encargados de la administración y la atención a los pobres, a las viudas. Comienza una diversificación ministerial: los apóstoles para la oración y el servicio de la palabra; los siete “diáconos” para lo demás. Se nombran a los siete elegidos a los que se les impone las manos orando. Sólo de Esteban se dice que estaba lleno de fe y de Espíritu Santo.

         Las dos claves siguen siendo importantes hoy, ante las nuevas necesidades y retos que el mundo y la cultura plantean hoy, la Iglesia ha de responder con decisión, desde la oración y la presencia del Espíritu. Sabiendo que siempre, Jesucristo es la piedra angular, la roca firme que sostiene todo.

 

                                                        Luis Gurucharri Amóstegui


 
Leyenda



Parroquia Santiago Apóstol, Avd. El Parque, 17 – 22003 Huesca – 974 220 331  / Diseño y Desarrollo WebDreams
Enlaces | Mapa Web | Multimedia | Contacto