Multimedia | Contacto          
Interior 1/4
Fachada 2/4
Retablo 3/4
La iglesia 4/4

Domingo, 17 de marzo de 2013

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 43, 16-21
Así dice el Señor, que abrió camino en el mar y senda en las aguas impetuosas; que sacó a batalla carros y caballos, tropa con sus valientes; caían para no levantarse, se apagaron como mecha que se extingue.
«No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo.
Me glorificarán las bestias del campo, chacales y avestruces, porque ofreceré agua en el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo, de mi escogido, el pueblo que yo formé, para que proclamara mi alabanza.»

Palabra de Dios.

 
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 8-14
Hermanos:
Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía, la de la Ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.
Para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos.
No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo a ver si lo obtengo, pues Cristo Jesús lo obtuvo para mí.
Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.

 
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
- «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?»
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
- «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.»
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.
Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó:
- «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?» Ella contestó:
- «Ninguno, Señor.»
Jesús dijo:
- «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»
Palabra de Dios

 
Comentarios

En adelante no peques más.

 

         Llegamos al quinto Domingo de Cuaresma. La primera lectura del profeta Isaías nos recuerda que algo nuevo está brotando, se abrirán caminos y ríos en el desierto y el yermo, para apagar la sed del pueblo formado por el Señor para proclamar su alabanza. El camino cuaresmal va llegando a su fin. ¿Sentimos al Señor más cerca? ¿Le dedicamos más tiempo? ¿Nos sentimos elegidos para alabar al Señor y proclamamos esta alabanza ante los demás?.

         La liturgia de este domingo nos regala un texto evangélico excepcional. El encuentro de Jesús con la adúltera en el evangelio de Juan. Es un texto que todos los analistas afirman supone un añadido posterior al evangelio, pero que en cualquier caso tiene un mensaje fundamental. Jesús se muestra compasivo con las personas pecadoras, pero implacable hacia el pecado que esclaviza y destruye todo tipo de relación y comunicación con Dios y los hermanos. El primer versículo, al citar el monte de los olivos, nos va acercando a la Semana Santa. Jesús en el templo enseñando a todo el pueblo, escena de un Jesús maestro, docente que en cualquier ocasión y lugar no pierde el tiempo para realizar la misión que el Padre le ha encomendado. Un vez más los dos grupos: el pueblo escucha a Jesús; los escribas y fariseos lo comprometen para poder acusarlo.

         La escena la podemos visualizar con los datos que nos da el evangelio. La mujer sorprendida en adulterio en medio de todos los acusadores. La ley de Moisés recogida en el Levítico y el Deuteronomio mandaba apedrear a estar personas pecadoras hasta la muerte. Jesús da tiempo para la reflexión, para tomar conciencia de la situación. “El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra”. Con estas palabras provoca la reflexión, la autocrítica, el examen de conciencia. ¿Cómo podemos acusar, juzgar y condenar si no estamos limpios de corazón?. Se van yendo todos, empezando por los más viejos. Estos pueden acumular sabiduría, si acompasan sus muchos años desde la fe y la presencia de Dios. Pero también rencor, si sólo se quedan en la letra de la ley.

         En los últimos versículos Jesús se encuentra cara a cara con la mujer. Como en tantas ocasiones Jesús aprovecha estos encuentros personales, de frente, para personalizar su mensaje y su propuesta de cambio y conversión. Jesús no condena, perdona, pero le pide a la mujer que en adelante no peque más. Jesús nos acogerá a todos, seamos como seamos, hayamos cometido los pecados que sean, nos ofrecerá su perdón. Pero nos recuerda la necesidad de abandonar una vida de pecado, de ruptura, de falta de amor.

         San Pablo en el texto autobiográfico que hemos leído de la Carta a Filipenses, nos invita a mirar hacia adelante, a olvidar el pasado personal y comunitario de pecado. Para correr a la meta y ganar el premio, el encuentro con Jesús resucitado en la próxima celebración de la Pascua.

 

 

                                                        Luis Gurucharri Amóstegui


 
Leyenda



Parroquia Santiago Apóstol, Avd. El Parque, 17 – 22003 Huesca – 974 220 331  / Diseño y Desarrollo WebDreams
Enlaces | Mapa Web | Multimedia | Contacto