Capilla del Instituto Ramón y Cajal
Hubo un tiempo, hace siglos, en los que la Fe inspiró y guió la construcción de las más hermosas catedrales que salpican, como diamantes de piedra, el suelo europeo. No sabemos, quienes fueron los que idearon y tallaron sus piedras. Nada firmaban, no era la gloria personal el motivo de sus vidas, sino la gloria de Dios. Una de esas bellas catedrales, biblias de piedra como se las ha llamado, es la que tenemos en nuestra ciudad, dedicada a la Transfiguración del Señor o también Catedral de Santa María. Edificada en lo alto de la ciudad, nos contempla y protege desde el siglo XIII.
Muchos siglos después, en los años finales de la década de 1950, la catedral ya no es suficiente para dar la atención debida a la población del nuevo barrio conocido como “El Ensanche “, que se desparrama por lo que antes fueron las huertas alrededor de la antigua muralla. Es una población constituida principalmente por matrimonios jóvenes, con muchos niños, que juegan alborotados en lo que todavía es una ciudad de campo. Es en 1956 cuando se inicia la vida de la nueva parroquia, ubicándose en la capilla del Instituto Ramón y Cajal, que contaba con dos puertas de acceso; la principal por la entrada del instituto y una lateral, por la calle General Lasheras.
Colocación de la primera piedra - 25 de Julio de 1968
Pronto este apéndice de la Catedral superará en actividad a su madre. Ya en el año 1958 son 191 los bautizos celebrados en ella. Como quiera que cada vez era mayor la población atendida, se fue quedando pequeña para las necesidades de los feligreses.
En el Boletín Oficial de la Diócesis del año 1968 se dispone “esta parroquia de Santiago Apóstol tendrá como sede provisional la capilla del instituto, en tanto se erija el nuevo centro parroquial y empezará a funcionar como tal el día 25 de Julio”. Ese mismo día 25 de Julio de 1968 se colocará la primera piedra del nuevo edificio a construir en la plaza del 18 de Julio (hoy plaza circular o de Luis Buñuel). En aquel entonces fue destinado a la parroquia de Santiago el sacerdote D. Julio Tolosana Lasierra, artífice y forjador material y espiritual de esta parroquia, tal y como reza la placa que en su honor existe hoy en las dependencias parroquiales.
Muchas dificultades, no solo de índole económica hubo que superar D. Julio para sacar adelante el proyecto de su vida. No siempre fue bien comprendido por determinadas personas. Pero el confió en Dios y cumplió su sueño. Al fallecer el día 5 de Febrero de 1990, dejó una obra terminada y en funcionamiento. Gracias para siempre, a aquél hombre trabajador y sencillo.
Obras de construcción de la Iglesia de Santiago
Leyendo los anales de la parroquia nos enteramos de que el coste de la misma fue de 2.500.000 pesetas el solar y la edificación de la iglesia con sacristía y despacho parroquial 9.600.000 ptas. El resto de las dependencias, aulas para catequesis, club parroquial y demás dependencias costarían 24 millones de pesetas.
Como hace siglos, las donaciones anónimas hicieron posible la construcción de la iglesia. Ya no será de piedra, sino de ladrillos, cada uno de los cuales fue posible por la aportación de personas, como la que aparece en las cuentas de la época, “Hucha de niña de Comunión……………….378 pesetas”.
A ella , que gastó todos sus ahorros, y otras como ella queremos dedicar esta pequeña historia de la parroquia, fruto de su trabajo y de sus donativos. Confiamos en que Dios ilumine a los que hoy somos feligreses de la Parroquia, para que contribuyamos con la misma Fe y generosidad a su permanencia.