Santiago, fue uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús. Mt.10, 1-4. Mc.3, 13-19. Lc.6,13-16. Fue llamado por el Señor, junto con su hermano Juan en las orillas del lago de Galilea, donde estaban repasando las redes con su Padre, pues eran pescadores. Mt.4,21-22. Mc.1,19-20.

Santiago, junto con su hermano Juan y el apóstol Pedro, fue de los íntimos de Jesús, les distinguió con una especial amistad y cercanía. Se les encuentran acompañando al maestro, en acontecimientos muy especiales: Resurrección de la hija de Jairo. Mt.5,37. Lc.8,51. La Transfiguración. Mt.17,1. Mc.9,2. Lc.9,28. La oración en Getsemani. Mt.26,37. Mc.14,33.

Santiago y su hermano Juan son conocidos como los hijos del trueno, Boanerges, Mc.3,17. De este nombre y de ciertos hechos que nos cuentan los evangelios, podemos deducir que tenían un carácter impetuoso y ambicioso. Podemos destacar la escena donde piden a Jesús que haga caer fuego sobre un pueblo de Samaria que nos los quiso acoger. Lc.9,54. También es significativo como quieren medrar y subir en el escalafón de los apóstoles, pretendiendo ocupar los primeros puestos, en el supuesto reino que Jesús iba a instaurar. Mt.20,20-21. Mc. 10,35-37.

Su muerte se anuncia en Hch. 12,1-2. El rey Herodes inicio una persecución contra la Iglesia y mando ejecutar a Santiago, hermano de Juan. De esta forma tan sobria nos narra la escritura la muerte del apóstol Santiago.

¿El autor de la carta de Santiago, es el apóstol del mismo nombre? No. Parece claro que no se trata de ninguno de los dos santiagos que figuran en la lista de los apóstoles. Puede tratarse de Santiago que aparece en el grupo de los “hermanos del Señor”, y que más tarde está al frente de la comunidad cristiana de Jerusalen. Mc.6,3. Gal.1,19. Gal.2,12. Hch.12,17.Hch.15,13.Hch.21,18.

Como nos cuenta la tradición, después del martirio del santo sus discípulos recogieron su cuerpo y lo trasladaron a Galicia, en una barca guiada por Dios, y lo enterraron. La tumba fue olvidada por más de ochocientos años, hasta que en el S.IX, un ermitaña llamado Pelayo, recibió en una visión, el conocimiento del lugar donde se encontraban los restos del apóstol; el campo donde estaba la tumba escondida se llenó de una luz brillante, y desde entonces se conoce el lugar como Compostela (el campo de la estrella). A partir de ese momento Santiago de Compostela se convierte en un lugar privilegiado de oración de culto y de peregrinación.

Sirvan estas líneas para esbozar la figura de nuestro patrón Santiago, a lo largo de sucesivos artículos, iremos completando y profundizando en la persona del Santo y de lo que nos puede aportar a nuestra vivencia de la Fe cristiana.