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Domingo, 2 de septiembre de 2012

Primera lectura

LECTURA DEL LIBRO DEL DEUTERONOMIO 4, 1-2.6-8

Moisés habló al pueblo diciendo:

-- Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entrareis a tomar posesión de la tierra que el Señor Dios de vuestros padres os va a dar. Estos mandatos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente." Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta Ley que hoy os doy?

Palabra de Dios


 
Segunda lectura

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SANTIAGO 1, 17-18.21b.22-27

Mis queridos hermanos:

Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni periodos de sombra. Por propia iniciativa, con la Palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas. Aceptad dócilmente la Palabra que ha sido planteada y es capaz de salvarnos. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla engañándoos a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.

Palabra de Dios


 
Evangelio
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 7,1-8,14-15.21-23

En aquel tiempo se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos letrados de Jerusalén y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras (es decir, sin lavarse las manos). (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen si lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas). Según eso, los fariseos y los letrados preguntaron a Jesús:

-- ¿Por qué comen tus discípulos con mano impuras y no siguen tus discípulos la tradición de los mayores?

Él les contestó:

-- Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.” Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.

En otra ocasión llamó Jesús a la gente y les dijo:

-- Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro del corazón del hombre salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.

Palabra del Señor


 
Comentarios
DE DENTRO  A FUERA

   Unos fariseos se acercan a Jesús para echarle en cara que sus discipulos están comiendo con manos impuras, (no se habían lavado las manos), y no respetan la ley, ni la tradición de los mayores. Jesús les responde con rotundidad y les aclara algunas cuestiones sobre la verdadera ley de Dios.

   Los fariseos están convencidos que los ritos exteriores de lavar, frotar limpiar... tanto a las personas como a los objetos, les purifican y los hacen agradables a los ojos de Dios, aun que por dentro no hayan cambiado lo más mínimo. Lo importante son los ritos, lo que hay que hacer, el procedimiento exterior. Con esta forma de proceder, se puede dar la contradicción que uno cumpla escrupulosamente la ley y el rito, estando purificado ritualmente, y al mismo tiempo su corazón este lleno de maldad y mentira, con lo cual ignoran lo más importante de la ley: el amor y la misericordia.

   Los ritos que vienen de fuera no te convierten, porque no tocan el corazón y en el corazón es donde se decide todo. En el corazón es donde nace la bondad y la maldad, las obras buenas y la obras malas, el amor y el odio. Lo que decide el corazón lo ejecutan las manos. Por esto lo importante es convertir el corazón.

   Hay que pedirle al señor que cambie nuestro corazón de piedra por un corazón de carne.Pedirle con las mismas palabras que el Salmo 50:" oh Dios crea en mí un corazón puro". De un corazón puro, saldrán obras puras. De un corazón impuro saldrán obras impuras.

   La conversión cristiana nunca será un recorrido de fuera hacia dentro, sino todo lo contrario, de dentro hacia fuera

 
Leyenda



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