¿Qué tal? Vamos a sacarles todo el jugo a los 366 días de este 2016.

La novedad es inseparable de la vida. Jesús usaba mucho la palabra “nuevo”. Pues  vino  nuevo en odres nuevos. No podemos quedarnos enjaulados en la rutina, la inercia, la indolencia y el desinterés, existiendo pero sin vivir realmente. No es aceptable repetir curso otra vez o comprar en el rastro un año nuevo de segunda mano.

A la hora de la verdad, lo importante no es la cantidad de años en tu vida, sino la cantidad de vida en tus años. La vida es crearnos a nosotros mismos. Nacimos para manifestar la vida, la energía y el amor de Dios que hay dentro de nosotros.

Problemas no nos van a faltar, pero cuando una puerta se cierra otra se abre, No es bueno quedarse mirando la puerta cerrada y no darse cuenta de las que se han abierto para nosotros. Neil Gaiman, famoso autor de historietas, declara a la prensa: los cuentos de hadas son ciertos, no porque dicen que los dragones existen, sino porque nos dicen que los dragones pueden ser derrotados. Desanimarse no tiene sentido. El importante empresario Clement Stone opina que las ventas están supeditadas a la actitud del vendedor, no a la actitud de la perpectiva.

Una vez más, la frase del subcomandante Marcos (el de Chiapas): Es necesario hacer un mundo nuevo. Un mundo donde quepan muchos mundos, donde quepan todos los mundos. Digo yo: ¿Y una Iglesia en la que quepan todas las Iglesias?

Por entonces, nos encantaban las canciones italianas, en el Festival de San Remo 1971, José Feliciano quedó el segundo con la fenomenal canción Che Sará. En la letra se dice: Mi pueblo está sobre una colina, durmiendo como un viejo: el aburrimiento, el abandono, “nada” es su enfermedad. Por eso los jóvenes abandonan el pueblo. La versión en español habla del pueblo “tendido como un viejo que se muere”. Querríamos que la Iglesia (Colocada sobre un monte, dice San Mateo. Supra montem posita de Mt 5, 14) fuese un claro referente de acogida y de esperanza, pero… durmiendo, aburrimiento, nada… son su enfermedad. No consiste en irse sino en cambiarla y que tenga más sabor a evangelio.

Se nos amontona la tarea: nosotros mismos, los demás, el mundo, la Iglesia… ¡Esto marcha!

Cambio de año pero no de amigos. Eres una bendición para mí. Prométeme que siempre recordarás que eres más valiente de lo que crees, y más fuerte de lo que te parece, y más inteligente de lo que piensas. Como escribió Jonathan Swift (el de Los viajes de Guilliver) ¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!

Hoy puede ser un gran día, pero hay días más grandes todavía. Es dentro de nosotros, no fuera, donde hace buen o mal tiempo.

Un abrazo nuevo sacado de un odre nuevo (con denominación de origen) y, como dicen los irlandeses, mi deseo de que tus problemas sean tan pocos y tan distantes como los dientes de mi abuela