Domingo cuarto de Cuaresma
Jesús se fija en un ciego, en un excluido… No se fija en las apariencias externas, sino en los que tienen un corazón capaz de acogerle. Dios no ve como vemos nosotros. Jesús ve a uno que no ve. Jesús ve la obediencia de quien hace lo que él dice. Y así cura su ceguera y nuestra ceguera.
“Cuaresma, camino de creyentes. Ciclo A”, de la revista “Catequistas”
Textos: Álvaro Ginel
Dibujos: Fano
Editorial CCS