VIDA PARROQUIAL
2ª época, Nº 23. Septiembre de 2019
El año pasado, por celebrar el cincuenta aniversario de la creación de nuestra Parroquia, realizamos el número especial, número 22 de VIDA PARROQUIAL. Este año retomamos el ejemplar ordinario con el que cada comienzo de curso ponemos en marcha la mayor parte de actividades de la Parroquia. Lo hacemos con esta fotografía en la que un grupo de jóvenes de la diócesis, algunos de nuestra Parroquia, han realizado este verano el camino de Santiago. Foto y experiencia vivida que nos llenan de esperanza.
Cristianos que hacemos cosas de cristianos. Parece una frase sencilla, casi simplona, pero me viene a la cabeza porque precisamente el grupo de jóvenes de nuestra Parroquia dice que su lema es: jóvenes cristianos que hacemos cosas de cristianos. Cuando les preguntas que quieren decir con esta expresión te comentan que quieren ser jóvenes activos en la Iglesia que hacen y viven las acciones y experiencias propias de un cristiano: formarse, rezar, celebrar los sacramentos (eucaristía y penitencia), dar testimonio de su fe en los ambientes en los que se mueven de estudio, trabajo, ocio, etc. Les animamos para que sigan así y vaya creciendo este grupo en la Parroquia.
Somos lo que creemos. Hace unas semanas comentaba esta frase al hilo de la liturgia de la Palabra dominical. Cuántas veces escuchamos que “somos lo que comemos”, “somos lo que respiramos”, “somos lo que…”, casi todas ellas orientadas a concienciarnos para que tengamos una buena alimentación, hábitos saludables, etc. Pero siempre pensando en nuestro cuerpo, nuestra mente. Los artífices de estas frases publicitarias olvidan que la antropología cristiana nos dice que somos obra de Dios, criaturas hechas a su imagen y semejanza con cuerpo, mente y espíritu. Qué importante que cuidemos el alma, el espíritu, nuestra vida interior. Cómo, con silencio, oración, meditación, práctica de buenas obras, para que así seamos también lo que creemos.
Esforzaos en entrar por la puerta estrecha (Lc 13, 22-ss). Es la respuesta que Jesucristo da a uno que le pregunta si serán pocos los que se salven. Normalmente a este tipo de preguntas Jesús no responde con una cifra concreta, sino que señala un camino a seguir, una actitud a tener en cuenta en nuestra vida para vivir la salvación que Él nos ofrece. La respuesta señala que hay que esforzarse, no es una palabra que hoy goce de buena prensa. Hoy, especialmente en la educación, todo ha de ser fácil, rápido, agradable. Los que ya tenemos unos años sabemos que lo importante en la vida cuesta tiempo, dedicación, empeño y esfuerzo. Tenemos que esforzarnos en entrar por la puerta estrecha. No vale con hacer un cristianismo a mi medida, a mi gusto. Hay que modelar mi modo de pensar, sentir, vivir, etc. al modo de Jesús, a las propuestas y valores que nos hace en el Evangelio. Por ello es tan importante el alimento de la Palabra de Dios, sin ella no podemos vivir una vida cristiana auténtica.
Luis Gurucharri